viernes, 6 de noviembre de 2009

Adiós


Me dijiste que no volvería pasar
que el paso de los días y el avance en el camino
nos iba a traer alegría, amor y paz
y no violencia con mi único destino.

Que ibas a cambiar decías
que ya nadie te iba a comer la cabeza
que otra persona sería
sin dejarte invadir por la pereza.

Pero todo es igual,
nada ha cambiado
sólo queda soledad
en este colchón helado.

Por eso decido maldecir
tu maldad innata ante las cosas,
tu no saber ya ni qué decir
siempre pensando en cuatro rosas.

Ahí te quedas para siempre,
jamás ya volveré a verte,
porque nadie va a reconocerme,
las veces que hubo que recomponerte.

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