Publicado en 2008, este libro de Levé sigue causando una enorme sorpresa durante su lectura gracias al estilo personal del escritor y a las circunstancias personales que llevaron a la redacción de una novela única.
La trama comienza con el suicidio de un joven de 25 años. El resto es un enorme flashback que nos sirve para conocer cuáles podrían haber sido los motivos que llevaron a la toma de semejante decisión al inexistente protagonista. Levé no tiene un estilo literario definido y, al igual que hacía cuando ejercía de fotógrafo, no opta por nada salvo por la transcripción casi automática de sus pensamientos.
La obra es corta, se lee en muy poco tiempo y cada página es una vuelta de tuerca a tu mente ya que su prosa te arrastra a una espiral cuyo alivio termina con unos tercetos demoledores. A los 10 días de entregar el manuscrito Levé se ahorcó confirmando así que lo que narra en su obra bien podría ser su propia experiencia vital y el paso a paso de la toma de tan drástica decisión. Olvidado por la mayoría, pero grande como pocos, esta obra te ayudará a entender la importancia de un autor que destila pureza y prosa afilada a partes iguales.
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