domingo, 30 de diciembre de 2012

Haruki Murakami - Baila, baila, baila (crítica)



"Nuevo" libro de Murakami, que editó en 1988 en Japón y que ahora, afortunadamente, edita Tusquets en España. Leí recientemente que en un mes había logrado vender más de dieciocho mil copias y esto me puso en alerta. La novela es diferente a todo lo anterior del autor...o quizás no.


jueves, 27 de diciembre de 2012

Brasil en el tren (relato)



Iba yo en uno de esos trenes de cuya ciudad no quiero acordarme cuando presencié una curiosa escena. Cargados de maletas llegaron un matrimonio formado por un español y una brasileña. Una niña de unos nueve años, un chico de unos seis, una de cinco y una pequeña completaban el conjunto. La abuela española de los niños no paraba de preguntarles cosas como los colores o los objetos en inglés y español. El español agasajaba a su brasileña y la niña más pequeña me daba patadas en el muslo mientras me sonreía.

Planeaban la llegada a su casa en España. La abuela organizaba cómo iban a dormir, el español no hablaba, la brasileña sólo sonreía y el chico no paraba de golpear, comer y gritar por todas partes. Cuatro maletas como ataúdes, muchas sonrisas y mucho esfuerzo para abandonar el vagón pusieron el punto final a este encuentro. Sólo el destino sabe qué les tiene reservados.


domingo, 16 de diciembre de 2012

Shalom Auslander - Lamentaciones de un prepucio (reseña)



Esta novela de Auslander ha vuelto a las librerías tras llevar años agotada. Para mucho es el gran descubrimiento pero para otros, nos incluimos, no estamos del todo de acuerdo con comparar al autor con Woody Allen o Roth así como así. El texto tiene momentos interesantes pero ni es desternillante ni es tan genial como nos venden en la contraportada.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Reencarnación (reflexión)



Las redes sociales te permiten ver cómo ha sido la vida de tus compañeros de colegio, de tus ex y de tus futuribles. En el primero de los casos uno ve desde su celda cómo han triunfado los más torpes de la clase. Cómo su esfuerzo les ha servido para vivir en otros países, para tener casas con piscina y para lucir una familia de foto. Desde esta celda seguimos comprobando como nada ha cambiado ni cambiará por aquí. Con la vida rota y perdida, con las amenazas en el horizonte y con la falta de ganas de seguir luchando sólo nos queda consolarnos en teorías que aseguran que el alma es siempre la misma y que sólo cambiará de funda en una vida futura. Para eso hay que morirse antes y no nos cabe ni la menor duda que los triunfadores también lo harán.