Obra curiosa en la producción de Delibes que se amoldó a la novela de finales de los 80 con la maestría que le caracteriza. En lugar de tejer una historia llena de elementos, como suele hacer, apuesta por apenas tres personajes y por la primera persona para ir contando la vida del protagonista que se dirige en todo momento a Davicito si bien este último solo aparece como supuesto receptor de los mensajes que se le envían.
La lectura se convierte en casi obsesiva al tratarse la historia de una especie de espiral inversa de la que no se sale tan fácilmente. Quizá el texto pueda adolecer de matices psicológicos, pero no de fuerza. Si te gusta Delibes, esta novela te sorprenderá gratamente.
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