lunes, 13 de enero de 2020
El vecino (serie de Netflix, comentario)
El vecino es una serie basada en un cómic homónimo que ha tenido un enorme éxito y que Miguel Esteban y Raúl Navarro han decidido convertir en una película en 10 capítulos. Sí, decimos bien. Si El irlandés de Scorsese no debe cercenarse, esta cinta es más digerible en 10 entregas.
Y lo es porque no deja de ser una españolada de las de este siglo, pero cortada en trozos de media hora. Teniendo en cuenta que el minutaje total es de cinco horas, parece complicado tragarse semejante historia en el cine, pero sí en la televisión. De hecho, el atractivo de Quim Gutiérrez y Clara Lago queda, afortunadamente, ofuscado por sus otros dos protagonistas: un inconmensurable Adrián Pino y una perfecta Catalina Sopelana.
La historia es una especie de Super López mezclado con el histórico Supersonic Man, pero más moderno. Se agradece la fluidez del guión, que se refleje la historia de gente de barrio y que las casas no parezcan un muestrario de Ikea.
Todo es muy natural y directo lo que no deja de ser lo mejor de la serie. El humor depende de cada cual, pero la intención es lo que cuenta y la serie se convierte en una opción más que recomendable para echar el rato.
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