Regresa David Safier al panorama literario con una nueva historia en la que aprovecha para presentarnos una metáfora bastante acertada, algunos tics literarios que ya son marca de la casa y una historia algo más plana que la de sus obras anteriores.
No es fácil mantener siempre el nivel, pero tampoco el tejer una historia con apenas cinco personajes en la que se puedan integrar tantos elementos y guiños a un grupo de lectores más amplio. Este cúmulo de circunstancias provoca reacciones encontradas que van de pensar que esta novela no es nada recomendable a las que indican que es una obra bastante acertada.
El gusto no se discute, pero a nosotros nos ha dejado un sabor de boca algo amargo porque quizá se echa de menos algo más de profundidad en muchos personajes. Aun así, es una buena novela para que los niños se aficionen a la lectura y para que los adultos dejen de darle vueltas a la cabeza lo que siempre es de agradecer.
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