Debuta Pascual Martínez con esta novela negra que ha recibido muy buenas críticas, pero que no nos ha gustado por los motivos que ahora comentamos.
Consideramos que el género negro en España parece haber caído en un pozo similar al que significó la bajada de popularidad de las novelas escandinavas. Allí todo eran fiordos, nieve y páramos helados. Aquí, la pincelada rural y el calor parecen elementos insustituibles. Primer punto negativo.
En lo que respecta a la forma de escribir del autor, se limita a realizar bocetos de los personajes, a contar una historia manida (que soluciona en las 10 páginas finales) y a meter todos los tics posibles de las novelas del género.
La lectura parece una mezcla de Plinio con un investigador de este siglo, pero todo a grandes brochazos y sin meterse en materia. Una verdadera pena porque se podría haber aprovechado mejor el escenario y haberle dado una vuelta de tuerca más a la historia. Si buscas algo para leer en la playa será ideal, si te gustan las novelas más sesudas, olvídate.
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