Lo siento, no me acuerdo de ti (reflexión)
En uno de mis paseos matutinos me encontré con él. Nos pasamos todo EGB y el Bachillerato sentados por orden alfabético. Él siempre estaba sentado en el pupitre detrás mía. Entablamos una gran amistad, pero el tiempo, o la vida, nos separó. Ahora él limpiaba la puerta de su gimnasio y le pregunté si me recordaba. - La verdad es que no. - Soy Pedro. - Ah, ¿Pedro Pérez? - No, Pedro López. - Es que como llevas un gorro de invierno, no te conozco. - ¿Y la cara? - Lo siento, no me acuerdo. Así es la vida.