Regresa Rosa Montero con una nueva obra en la que confirma que sus dotes como novelista pueden sorprender al lector más exigente. Es esta una obra tejida con muy pocos personajes, con muchos satélites y con un sabor a la literatura de la segunda mitad del siglo XX que no deja de agradar.
El uso de un pueblo ajeno a la realidad, Pozonegro, pero muy bien creado con algunas pinceladas que lo sitúan en medio de la nada, le sirve a la autora para crear cierta sensación claustrofóbica en la que el protagonista encuentra justo lo que necesita para cambiar de vida.
La historia bien puede ser la huida que todos queremos protagonizar y que quizá no afrontamos por cobardía o apego a lo que no nos hace felices. La autora no toma partido y tampoco apuesta por dejar un mal sabor de boca al finalizar la obra, más bien todo lo contrario. Interesante obra que merece toda tu atención.
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