Knut Hansum fue conocido en Estados Unidos, y en buena parte del mundo, más por las menciones que Bukowski hace de él en sus novelas que por su titánica labor como escritor. A su figura se añade que en su propio país, Noruega, ha sido desterrado para siempre por el apoyo a los nazis que llevó al autor, en 1943, a enviarle la medalla del Nobel, que ganara en 1920, a Goebbels. De ahí a reunirse personalmente con Hitler hubo un paso. Lo que nadie se esperaba es que el que fuera descrito por él mismo como "un guerrero" recibiera una sonora bronca en la que le pidió la destitución inmediata de Josef Terboven, administrador civil alemán en Noruega, y la liberación de los prisioneros noruegos. Comentarios políticos aparte, Hansum no tiene en su país natal ni una calle a su nombre. Esta vergüenza nacional me la comentó la nieta del escritor a la que tuve la oportunidad de conocer.