Es más que probable que muchos de los lectores de este blog no sepan quién es Evaristo Páramos. Si les digo que fue cantante de La Polla Records y que ahora lo es de Gatillazo es más probable que dejen de leer esta reseña pero cometerían un grave error. El cantante no opta en este libro por la crítica social, aunque alguna pincelada hay, sino por hacer un viaje a su interior que nos ha gustado, al igual que su música, muchísimo.
La gente de Desacorde Ediciones ha hecho un excelente trabajo al editar este texto en forma de diario, que es lo que es, al que acompañan a la perfección las ilustraciones del gran Dani San Felipe.
El texto se divide en las cuatro estaciones del año a las que el autor conecta con cuatro formas de adivinar el futuro. Las runas, el tarot, el I-Ching y el horóscopo chino. Cada fragmento comienza con una carta, runa, símbolo o animal a los que acompaña su explicación pertinente. Tras esto podemos disfrutar de unos fragmentos de pensamientos en los que, como el propio Evas ha reconocido en una entrevista, escribe la persona “a la que no hay que confundir con el muñeco que canta en los conciertos”.
La unión del hombre con la naturaleza, la sensación de ahogo ante tanta majestuosidad, la rabia contenida, las frases como balas, la prosa poética y todo tipo de sensaciones recorren estas frases que sorprenderán a los que esperen un texto similar a los que escribe el autor para sus canciones. Es más, en algunos fragmentos nos recuerda mucho a autores como Pessoa por su forma de entender la vida y de meditar sobre qué somos y hacia dónde nos dirigimos.
La persona Evaristo Páramos es la autora de una obra inclasificable que, al igual que el Libro del desasosiego del citado lisboeta, está formada por fragmentos que parecen inconexos pero que tienen como denominador común al ser humano y a todas sus preocupaciones. Más que recomendable por lo tanto este libro para los amantes de la buena literatura y para los que quieran saber algo más de sí mismos.
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