La primera novela del periodista Agustín Pery sorprende por su efectividad. Si bien gira sobre los casos de corrupción que él mismo investigó en Mallorca, no es menos cierto que hay varios factores que la convierten en imprescindible.
El primero es el esfuerzo continuado por alejarse del estilo periodístico para adentrarse en la novela negra. Sin embargo, le quedan restos de su profesión al lijar al máximo cada frase para que no quede ningún recurso estilístico. Los personajes se van dibujando a medida que crece la novela y van ganando peso cuando la trama se desarrolla.
Es en esta prosa en bruto y sin artificios donde reside el encanto de la obra. Una vez más, se demuestra que en algo más de 100 páginas hay espacio suficiente para contarte una historia. La novela es tan recomendable como imprescindible.
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