Woody Allen es uno de los cineastas más geniales del siglo XX y se encontraba en plena batalla legal con Amazon, que canceló su serie lo que le costó una demanda de 68 millones dólares, cuando un editor le ofreció una millonada por redactar sus memorias.
Lo malo es que la obra comienza bastante bien repasando, con su habitual ingenio, su infancia, sus amoríos y sus primeras películas, pero es cuando llega la hora de describir su relación con Mia Farrow cuando se pasa de las memorias al ajuste de cuentas. Si bien es cierto que Farrow acusó al director y actor de abusos contra una de sus múltiples hijas adoptivas, pensamos que dedicarle tantas páginas a un caso del que salió indemne en lo judicial termina convirtiéndose en el epicentro de un libro que podría haber dado mucho más de sí.
Si bien hay algunas curiosidades, no es menos cierto que cada capítulo se parece bastante a un psicoanálisis profundo en el que Allen combate sus demonios con más rabia que acierto. Si nos quedamos con el resto del libro, disfrutamos de la prosa ágil y cómica de un autor literario que está viendo que la recta final de su vida está llena de sobresaltos que bien pueden terminar empañando su legado artístico. Sea como sea, el libro merece la pena para descubrir al director desde otro punto de vista.
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