Comencé en la infancia,
jugando con los cowboys de plástico,
luego los soldados de la guerra,
nadie me explicó
que eran adelanto de mi futuro en esta Tierra.
Seguí en la adolescencia,
jugando con chicas de verdad,
de pechos incipientes que me robaban el corazón,
nadie me quiso contar,
que ahí se acaba la ilusión.
Y ahora en la madurez,
no juego con nada,
sólo espero,
a que venga la vejez
y esperando sigo vivo aunque hace años que muero.
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