sábado, 10 de septiembre de 2011

Sábado por la mañana



Los ves tranquilamente, con sus panzas tras el carrito
vistiendo aún como si fuera verano,
con desparpajo van escogiendo concienzudamente los productos,
sólo los que tienen más grasa se llevarán.

Mucho alcohol, mucho dulce, mucho cerdo,
mucho pan, muchas patatas, mucha carne,
mucho congelado y más precocinado.

Necesitan grasa, alcohol y azúcar para vivir,
necesitan que el colesterol, la cirrosis y una arritmia les mate de una vez por todas,
necesitan ser abejas que luchan contra un carro que va a la derecha mientras ellos van a la izquierda,
necesitan seguir pagándole al hipermercado mientras vivan,
no quieren darse cuenta de que son iguales que los demás,
no quieren ser brillantes o dejar un bonito cadáver,
reventar antes que sobre, la condición del pobre.

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