El país de la contradicción vive su día a día,
nada le puede parar, todo le puede frenar,
entes mediáticos intentan corregir nuestra actitud,
el pensamiento único se impone para intentar que nos callemos,
las opiniones son balas, nadie puede criticar a la izquierda,
tampoco a la derecha por el miedo al recorte,
el país del egoísmo,
de la paella el domingo,
de la bota de vino,
del piropo borde a una chica en la playa,
de mis cojones y yo,
del pisoteo al de al lado,
del mi música debe sonar más fuerte que la tuya,
del odio eterno a "los otros",
del jefe que se escaquea y cobra sin trabajar y te pide "un esfuerzo",
del paraíso de los guiris que siguen pensando que esto es África,
del calor, del frío, de la lluvia y de la sequía.
El país donde los filósofos venden pan Bimbo.
Bienvenidos.
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