Las redes sociales te permiten ver cómo ha sido la vida de tus compañeros de colegio, de tus ex y de tus futuribles. En el primero de los casos uno ve desde su celda cómo han triunfado los más torpes de la clase. Cómo su esfuerzo les ha servido para vivir en otros países, para tener casas con piscina y para lucir una familia de foto. Desde esta celda seguimos comprobando como nada ha cambiado ni cambiará por aquí. Con la vida rota y perdida, con las amenazas en el horizonte y con la falta de ganas de seguir luchando sólo nos queda consolarnos en teorías que aseguran que el alma es siempre la misma y que sólo cambiará de funda en una vida futura. Para eso hay que morirse antes y no nos cabe ni la menor duda que los triunfadores también lo harán.
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