Roberto Bolaño falleció en 2003 en Barcelona y su muerte, como suele pasar en este país de ingratos, le sirvió para convertirse en un mito de la literatura. Lo más curioso del caso es que cuando estaba vivo sus novelas se vendían pero no tanto como lo hacen ahora. Bolaño es uno de esos autores que todo el mundo debe leer, que nadie ha leído y que cuando se lee logra aburrir al lector.
En esta novela se nos cuenta un crimen desde tres personajes, y por lo tanto puntos de vista, distintos. Un chileno escritor, un mexicano poeta y un político corrupto conforman el trío de personajes que cuentan su versión de los hechos. Lo peor del caso es que ni los personajes están bien definidos, ni la acción engancha, ni la trama interesa ni absolutamente nada.
Nos parece demasiado lineal, poco interesante y más centrado el autor en demostrar que escribe bien. El estilo, algo seco a veces, es justamente lo opuesto a lo que hacía Hemingway cuando aseguró que una novela ha de ser "corta y en cada página ha de pasar algo". Capítulos y capítulos dándole vueltas a descripciones interminables cansan al lector más interesado.
Quizás no sea su mejor novela pero también puede ser que si empezamos por esta novela es más que probable que no volvamos a leer otra de Bolaño en nuestra vida. ¿Qué pensáis?
Sólo he leído de Bolaño "los detectives salvajes" y no me aburrió en absoluto, al contrario, es una de mis obras favoritas.
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