Her estaba nominada a mejor película en los pasados Oscars. Que no haya logrado su objetivo, aunque sí el premio al mejor guión, poco me influyó a la hora de ver una cinta que todo el mundo enmarca en el género del melodrama y de la ciencia ficción cuando un servidor apenas ha podido percatarse de alguno de los dos géneros citados. Esta película de bajo presupuesto es un retrato fiel de la sociedad actual.
Y no lo decimos porque se pueda hacer, todo se andará, lo que hace el protagonista sino porque la conexión continua a las redes sociales o el tener 4.000 amigos en Facebook dura lo que dura el móvil o el ordenador encendido. Vivimos en una era digital que nos ha confirmado que internet conecta con amigos virtuales al mismo ritmo que nos desconecta de nuestra vida real.
Quizás por todo lo anterior la reflexión de Jonze, que se sirve de un magistral Joaquin Phoenix que logra bordar a un personaje que puede ser cualquiera de nosotros. El elogio a lo que es el amor de verdad es quizás lo mejor de la película así como la tristeza que nos puede provocar el mundo en el que vivimos. La reflexión está servida en forma de película que parece ser sencilla pero que esconde más de lo que parece. Recomendable.
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