Siempre me ha gustado la faceta de articulista de Pérez Reverte pero no tanto su faceta literaria. Ni cuando tiraba hacia la novela histórica ni cuando lo hacía por la contemporánea me llegaba a agradar. Con esta nueva novela no sólo me ha conquistado sino que ha creado una nueva forma de narrar que me parece fantástica.
Se nos cuenta la historia de Don Pedro y Don Hermógenes, dos hombres buenos, que reciben el encargo de la RAE de traer de París una enciclopedia prohibida en España en el siglo XVIII. En lugar de ejercer de narrador omnisciente tanto en el texto como fuera del mismo opta el autor por redactar una serie de acotaciones con una larga bibliografía que nos ayudará, a los que queramos seguir leyendo sobre el tema, a tener en cuenta los hilos con los que ha tejido este cesto.
Porque no se trata sólo de la historia, real por cierto, sino de las formas de contarla. En un guiño más que evidente a una de las novelas favoritas del autor, La montaña mágica de Mann, los protagonistas hablan entre ellos y con ciertos personajes importantes en Francia sobre ese complejo eterno de los españoles; el miedo a ser lo que somos.
La acción se ubica en los años anteriores a la revolución francesa. En España mandaba la iglesia católica y en Francia ya bebían libertad. En ese contraste entre las gentes de ambos países está lo mejor de la novela. El resto no deja de ser similar a otras obras del autor. Gran novela que merece toda tu atención.
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