Encontrar en la primera novela de Eduardo Mendoza todos los elementos de su literatura posterior es una grata sensación. En la historia, basada en los sucesos que conmocionaron a Barcelona antes de la dictadura de Primo de Rivera, hay una serie de personajes que han ido repitiéndose posteriormente en sus más vendidas obras. El análisis certero de la situación del país y su rica prosa hacen de esta novela una de las mejores de su producción. Es aquí donde podemos leer y comprobar la maestría de un autor que muchos consideran un escritor menor pero que es justo lo contrario. Lepprince, Miranda, Pajarito de Soto y otros personajes conforman un retrato fiel de cómo era la España de los primeros veinte años del siglo XX.
En lo que a la película respecta pues podemos decir aquello de que la película no tiene nada que ver con el libro. El protagonismo de Pajarito de Soto es acertado, la crítica social también y el reflejo de la parte más política de la obra nos parece una forma perfecta de enviarle un mensaje al espectador. Eso sí, se pierden en el camino personajes como Nemesio, Vázquez o María Coral se pierden en la adaptación perdiendo la cinta en elemento humano y ganando en carácter político. Sed vosotros los que escojáis vuestra opción.
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