Opté por leer este libro gracias a la publicidad del mismo. Denominar a Berlin heredera de Carver y Hemingway era aval suficiente para afrontar la lectura de esta colección de relatos. A medida que fui leyendo me di cuenta de que se habían quedado muy cortos. Porque Lucía, que en paz descanse, cuenta su vida palabra a palabra, relato tras relato y sobre todo golpe a golpe. Como buena Escorpio, sabe contar las cosas sin matices, sin aditivos y su estilo es tan áspero como el de Bukowski pero siempre con ese toque femenino que parece lijar los bordes aunque el centro de cada narración sea tan duro como la propia vida.
Y es que, mucho nos tememos, las historias que relata son las de su biografía, las que vivió y protagonizó cuando trabajaba en la zona sur de Estados Unidos. El libro es una maravillosa manera de comprender cómo los inmigrantes lo pasan bastante mal en el país de los sueños. Berlin afronta cada relato desde un punto de vista objetivo. Ella misma superó un cáncer, su adicción al alcohol y luchó contra una tremenda escoliosis. Al final ganó la partida el destino pero este libro, que ojalá solo sea el comienzo de una larga serie de recopilaciones de sus relatos, es un trozo de su vida y de la nuestra.
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