viernes, 13 de septiembre de 2024

George Orwell - 1984 (reseña)


 Distintos han sido los calificativos de una obra que sigue sorprendiendo. Ciencia ficción, política-ficción, sátira política o cómo queramos denominarla, semejante novela supone un guiño al futuro, se editó en 1949, que se confirma en el presente.

De no ser así, quien lea la novela y no reconozca al Ingsoc, al Gran Hermano y la neolengua es porque prefiere seguir pensando que la obra se limita a criticar a Stalin y no a la cultura woke, o socialista, que nos ahoga. Como bien se indica en el apéndice, la invención de nuevas palabras (a «elles» o «extrema derecha» me refiero) está destinada a borrar cualquier tipo de pensamiento crítico en el contribuyente.

Todos somos Winston, todos queremos pensar, pero la habitación 101 es ahora un puñado de impuestos, prohibiciones o acusaciones de fascismo (que olvidan que los fascistas eran socialistas en su origen). No nos queda la menor duda que el Espsoc tiene esta obra como referente para su Ministerio de la Verdad (hasta el nombre han plagiado para implantar la censura), la policía lingüística (se plantearon multas para los que no usaran un lenguaje inclusivo totalmente ajeno a la gramática española) y lo que está por venir. De la piel para dentro no nos van a poder cambiar, pero con descargas eléctricas y a martillazos en los codos, por no hablar de matarnos de hambre subiendo el precio de todo, seguro que les resulta más fácil. Libro de obligada lectura para adolescentes que quieran crear una sociedad opuesta a la que ahora padecemos. Los de más edad podemos constatar que Orwell se quedó corto en sus vaticinios.

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