Recomendada hasta la saciedad, la novela se ha vendido como un fenómeno de la literatura coreana que no podemos dejar de leer. Lo malo es que cuando uno se pone a ello no tarda demasiado en aburrirse muchísimo.
Y que conste que no lo decimos porque no entendamos la cultura oriental, Murakami tiene bastantes novelas repletas de pasajes algo lentos, sino porque lo de contar las historias que suceden en una tienda de 24 horas debería haberle dado mucho más juego a quien ha redactado el texto.
La ausencia de recursos estilísticos, textos planos sin ningún tipo de profundidad y una sensación generalizada de estar allí en la tienda viendo lo que pasa son factores que pueden agradar mucho a quienes prefieren la vida contemplativa. Leer más de 100 páginas idénticas sin aprender nada nuevo y sin emocionarte es cuestión de preferencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario