Si el primer volumen de los siete programados por Balle nos sorprendió gratamente, este segundo comienza a mostrar ciertas costuras que no por lógicas son admisibles.
La avalancha de lanzamientos editoriales de la primavera que entran dentro de la etiqueta de «novela negra» confirma el buen estado de forma del género. Sin embargo, no hay que perder de vista a los que prefirieron seguir el camino de autores como Agatha Christie o Conan Doyle al ser los que forjaron una manera muy concreta de entender la literatura.
A pesar del éxito comercial, de las elogiosas reseñas y del boca a boca, la novela no convence y hace aguas por todas partes.