Aunque han pasado ya cinco años desde que Boadella terminara este libro, no queremos dejar la oportunidad de comentarlo. El autor, una de las mentes más lúcidas de nuestro país, comenta en capítulos alternos su guerra contra el gobierno catalán y el amor que siente por Dolors, su mujer. La obra es un claro ejemplo de lo que se vive en Cataluña en estos días y también de cómo Boadella se exilió para regresar a Madrid al cabo del tiempo.
Permitidme la digresión. Un servidor va a esa Barcelona de la Señorita Pepis que la Generalidad ha montado casi exclusivamente a ver algún concierto de rock y poco más. Recuerdo una vez que me encontraba en una librería comentando la última locura ideada por ese aragonés llamado Carod Rovira. Un sujeto allí presente no sólo me habló en catalán, lengua que entiendo aunque no hable, sino que me recriminó mi "atentado contra la patria catalana" por así expresarme cuando sólo expuse que esa idea, que ya ni recuerdo, me parecía otra excusa para darle un sablazo a los contribuyentes catalanes.
Mis amigos de Barcelona siempre usan la misma frase para describir su día a día, "estamos peor que con Franco", y si esto es así para la gente de a pie, nos podemos imaginar a un Boadella que se ha enfrentado de manera directa al régimen político que sigue comandando con mano de hierro a los pobres contribuyentes catalanes que siguen asfixiados por tanta multa y prohibición.
Pues bien, Boadella repasa todo lo llevado a cabo por su persona contra la Generalidad y debemos reconocer que su excelente prosa, en la que no faltan expresiones de barra de bar entre diversos cultismos, nos lleva de la mano para conocer lo sucedido en esa zona de España en estas últimas décadas. Sobre su filia por los socialistas podríamos comentarle que todo el que anda con mierda termina de aquella manera pero todo el mundo tiene derecho a equivocarse.
Nos parece poco interesante el comentario del pleito contra Ferrán Rañé y el resto de componentes de Els Joglars aunque es lógico que Albert se exprese de esta forma tras haber leído lo sucedido. Nos quedamos no sólo con la integridad del autor sino con la preciosa descripción de que hace de Dolors. Su mujer y pintora es, sin duda, uno de sus motivos para levantarse cada día. El amor más puro se transmite tras cada palabra en los que son los capítulos más interesantes del ensayo.
Momentos como las cartas que enviaba Albert a los periódicos para luchar contra los periodistas del régimen o su rechazo a la Creu de Sant Jordi nos parecen de lo más logrado. El libro no es tanto una autohagiografía como el ejemplo claro de que en este país hay una fuerte tendencia a encasillar a la gente. Albert muestra su derecho a equivocarse, a exiliarse, a cambiar de ideología, a amar a España y a hacer lo que le da la gana. Por eso es tan grande y por eso esta obra es de obligada lectura.
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