Alexander Drake nos presenta Vorágine, un libro de relatos que ha resultado ganador del VII premio internacional Vivendia-Villiers. Nuestra más sincera enhorabuena al autor y sobre todo al jurado por haber decidido que venza la literatura de verdad y no la que nos suelen intentar vender en estos últimos tiempos. Ochenta y cinco balas procedentes del cargador cerebral del autor nos sirven para comentar tan interesantísima obra.
Lo primero que nos llama poderosamente la atención es la portada. El dibujo de Suehiro Maruo refleja la vorágine de pensamientos que nos expone el escritor y quizás algunos posibles lectores piensen que están ante un libro de relatos de terror, la verdad es que sí pero no del tipo de terror que todos estáis pensando. Drake se pasea entre sus influencias y nos estremece a golpe de tecla.
La literatura siempre ha sido humana y como tal ha de expresar los sentimientos que todos tenemos en nuestra mente. Es posible que los recursos estilísticos y los mundos de fantasía también tengan su validez para escapar de la realidad pero al cerrar el libro te darás de bruces con la vida. El autor se encarga, nada más y nada menos, de poner negro sobre blanco los pensamientos que muchos tenemos sobre varios aspectos de la vida.
Él mismo reconoce que escribe usando "la escritura automática" tal y como hacen algunos médiums que no paran de escribir al dictado de un espíritu. Él ve algo o tiene un pensamiento y lo pasa al teclado tal cual. No hay estilo, ése es el estilo, escribe con las tripas y no pensando en cuántos libros suyos se venderán en el aeropuerto más cercano.
Los relatos destilan un bagaje literario por la cueva de los autores olvidados por las masas. Así podemos disfrutar de "La fiesta del año" (puro Raymond Carver), "El triunfador" (el mejor Bukowski), "After hours" (con ese lado sórdido de la vida), "La frontera de cristal" (pura prosa poética), "Voces dentro de su cabeza" (puro poema en prosa), "Atraco suicida" (con un guiño a John Fante en una historia ambientada en 1860) o la reflexión sobre la vida en "Fuera está lloviendo".
La gloria del triunfador se analiza en "Dinero, poder y mujeres", la filosofía vital en "Un despertar amargo", Palahniuk parece saludarnos desde "El aspirante al título", Amis desde "El autómata", la tristeza ante una puta lo hace en "Pasando por un sueño" y "Yulian Stradford" nos muestra la capacidad para la reseña biográfica del autor.
Llega el final con el estilo personalísimo de Drake en "Corriendo tras el queso", "Ultimátum" (situación que hemos vivido muchos) o "El legado de la estirpe" (magnífica reflexión sobre la paternidad ajena). "Un rodaje porno en Beverly Hills" explora ese tipo de cine, "Un pasatiempo absurdo y repetitivo" analiza la existencia humana, "Triste y solitario" adelanta el futuro de un servidor y "El gran timo de la literatura" homenajea a los Sex Pistols en su título para contarnos cómo es la industria literaria desde dentro.
Hay muchísimo más por descubrir en el libro. Relatos de sexo, de pasión, de rabia y de furia. El objetivo de lograr sacudirte las meninges es conseguido por el autor sin esfuerzo. Para los lectores habituales de los escritores citados será un reencuentro con este tipo de literatura, para los que preferís los best sellers de cualquier librería podría ser la puerta abierta hacia la literatura de verdad. Gran libro de obligada adquisición.
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