Anónima animadora de hotel menorquín (relato)


Claro que tiene nombre pero lo lleva en una placa metálica a la que uno no mira porque ella no piense que miras otra cosa. Es alta, de unos cuarenta años, pelo rizado y sonrisa perpetua en la cara. Le pagan para eso, pensarás, pero no es así, también sonríe cuando termina de trabajar y te ve por la calle y ya no le pagan para eso. 

Con un amplificador de guitarra eléctrica y un cd de Verbatim se monta cada día una clase de Aqua Gym con "Satisfaction" de los Rolling y "My generation" de The Who entre otros temas. Su profesionalidad y simpatía es excelente. Por las tardes es ayudante de un mago en otro hotel de la isla, sobre el tema bromeaba diciendo "cuando me hace desaparecer puedo irme al Caribe o a otras ciudades, son sólo cuatro segundos pero es mágico". Será el ambiente del lugar, será su propia personalidad, pero transmite paz, amor y buenas vibraciones. 

Quizás con un poco de aquí y de allá seguirá viviendo su vida hasta que los años le impidan dedicarse a lo que se dedica y entonces piense en otra actividad. Su sonrisa es su mejor secreto para encajar los golpes de la vida. Quién sabe lo que pensará por dentro.

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