Seguro que tu ciudad también está empapelada con los carteles de esta película. Es posible que viendo el mismo hayáis pensado que estamos ante una americanada infame. Con Washington era posible pero si os digo que el cartel no tiene relación alguna con el contenido de esta cinta y que el citado actor ha firmado su mejor actuación seguro que cambias de opinión.
La historia de un accidente aéreo le permite a Zemeckis tejer una historia en la que en alguna que otra escena parece incluso recordar a Tarantino. Goodman ayuda mucho en esas escenas pero Washington y Reilly son capaces de crear una especie de catálogo de todo tipo de escenas bien ligadas entre sí y con un resultado magnífico.
Ver al actor como malvado y pasándolas canutas por una serie de factores le han convertido en un actor que conecta con todos aquellos que siempre hemos pensado que el hacer de chico bueno ya empezaba a oler. La película pasa de la comedia al drama pasando por el romanticismo y la emoción sin solución de continuidad en un gran ejercicio de dirección y actuación. No es la americanada que piensas. Es una gran película que deberías ver.
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