Frío y niebla

Díaz Téllez contactó con nosotros para que reseñáramos su primer relato o su primera novela, que cada cual escoja el término que más le guste. Afortunadamente, el malagueño ya prepara su segundo proyecto y de tener la misma calidad que éste sólo nos queda confirmar que estamos ante el nacimiento de uno de los escritores más exitosos de la literatura fantástica y de terror de nuestro país.

La historia de Dani El Rojo es la de Barcelona. Antes de que la ciudad se convirtiera en esa especie de decorado de cine que ha "CIUzado" a una de las capitales más bonitas del Mediterráneo, aquello era una ciudad más llena de delincuencia, drogas y rock and roll. En el epílogo Dani nos narra que tras conocer a Oliveras mientras montaban un documental sobre la delincuencia se les ocurrió narrar su historia como ejemplo de lo que no se ha de hacer para terminar como él.

William Kenneth Hoditch nos recuerda, en el prólogo de la edición leída para hacer este reseña, cómo fue la vida de John Kennedy Toole. El autor de La conjura de los necios desapareció de su casa en enero del 69 y dos meses después aparecía muerto en el interior de un coche tras haberse suicidado respirando dióxido de carbono. Su madre Thelma se encargó de que la citada novela se convirtiera en una obra maestra pero la que hoy nos ocupa, primera obra del autor, sufrió varios problemas legales antes de publicarse. Fue en el 87 cuando se pudo hacer y gracias a ello, y a la edición de Anagrama, podemos disfrutar de tan interesante texto.

Dejar huella no quiero, tampoco recuerdos, y lo que menos fotos. Odio las fotos y me niego a terminar tapado por un cristal en una mesa camilla. Cuando me muera no quiero que vaya nadie a verme muerto, quiero que los mismos que ahora me ignoran se queden en sus casas, que los que no me ayudaron nunca se guarden sus lágrimas, que la hipocresía no asista a mi despedida de este mundo. Nací solo y moriré solo, como dijo el poeta, no vengas, no me ayudes ahora, sigue ignorándome. Allí nos veremos y entonces quizás se cumplan mis sueños.

Llegó desde el andén y se sentó. Vestía una falda blanca de lunares negros, una camiseta de manga corta azul mecánico y unas toreras negras. De su pequeño bolso rojo sacó una novela de Quim Monzó, El tema del tema , y comenzó a leerla y de paso el espectáculo. A cada línea gesticulaba entre tímida y exagerada y poco después comenzó a prestar atención a los que estaban sentados frente a ella que no paraban de mirarle su rotundo físico. Sus gestos, sus maneras de starlet de Hollywood de los años cincuenta, su forma de tragarse la vida y su belleza nos cautivó al momento. El sonido de la puerta del vagón abriéndose nos despertó. La lengua de su estación la esperaba para tragársela para siempre. 

Nueva novela de Javier Sierra en la que intenta, una vez más, adentrarnos en el mundo del misterio a través de su lectura. Si no te agradan este tipo de historias en las que se cuestionan los aspectos más diversos sobre la religión deja de leer la reseña, si por el contrario te gusta el tema continúa.