Este libro de Quim Monzó le convirtió en uno de los autores más vendidos en lengua catalana. El autor sabe perfectamente que la técnica que utiliza para sus artículos es igualmente válida para un relato y, más concretamente, para mantener el interés del lector mientras lee uno de los múltiples textos que incluye esta obra.
El libro es más bien una recopilación sin unidad temática que otra cosa. En un alto porcentaje de los textos observamos un curioso análisis de las relaciones de pareja que recuerdan, en lo estilístico, a Bukowski y a Carver, y otros que recuerdan a Borges especialmente y a Rabelais. El bandazo estilístico entre un texto sobre una infidelidad y una conversación con un gnomo parece lógico y es, además, necesario.
Monzó demuestra una versatilidad estilística que se siempre se ha echado en falta en los escritores de relato que van de la erudición a la sordidez sin solución de continuidad. En este caso ese proceso es gradual y el autor conquista, gracias también a lo periodístico de sus relatos, al lector sin esfuerzo. Recomendable lectura para este verano.
Yo he leído este libro en catalán, aunque no del todo completo. Hay relatos malos, otros indiferentes y algunos te dejan con una sensación rara. Curiso.
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