Tornatore regresa con su producción más internacional. Mezclar un thriller con una película romántica puede ser un ejercicio demasiado arriesgado para otro director pero no para el italiano. Geoffrey Rush, inconmensurable, le da vida a un personaje para enmarcar.
La historia de amor del director de una agencia dedicada a las subastas de arte nos lleva a filosofar sobre cómo el amor es un sentimiento que puede llevarnos de la plenitud al punto más bajo. Una fotografía excelente, unos secundarios que no están al nivel de Rush, una historia mil veces repetida pero ejecutada con esa artesanía que sólo el director es capaz de aplicarle a sus películas son los ingredientes de esta cinta.
Es una película que invita a pensar, Rush nos lleva a su terreno y nos demuestra por qué es uno de los mejores actores del momento. El director no se entromete en las escenas y sólo nos ubica en la escena de la acción como meros testigos de la vida de otros. La cinta es más que recomendable. Esperamos vuestros comentarios al respecto.
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