Leí esta obra desconociendo totalmente la existencia de una película protagonizada por José Sacristán y María Valverde. El guión bien podría haberse también adaptado a otros terrenos. Se nos narra la historia de un viejo lobo del periodismo que se ve en una situación extraña con una joven estudiante de periodismo que tenía cierto interés por él.
El retrato que se nos presenta de la citada ciudad en el 87 es el mismo que teníamos en el resto del país. La supervivencia de los progres, que todavía padecemos, no pudo con las ganas de vivir de la gente joven del momento. Las ideas trasnochadas del periodista contrastan fuertemente con la fuerza de la joven. El final es tan desesperante como lo fue el de la década de los ochenta. Gran obra que merece leerse de un tirón en una de estas noches de verano.
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