Teresa Cardona ha conseguido con dos novelas publicadas en España convertirse en una de las autoras de novela negra con mayor número de lectores. En esta obra confirma su total dominio de distintos estilos narrativos y su huida de los tópicos.
Aunque haya un crimen en la trama, como en las obras del género, resulta indiscutible que la obra se divide en dos. La primera sucede durante la investigación del crimen en 2015 por parte de Karen, que tiene muchos puntos en común con Teresa, y de Cano. La segunda sucede en Madrid en 1980 y es, precisamente, donde Cardona aprovecha para destilar un exquisito gusto por la mejor novela española.
Resulta muy difícil cambiar de registro y no tirarse al precipicio de esa novela negra escrita como si se tratase de un guion de cine. La figura de los dos investigadores que desarrollan su labor en San Lorenzo de El Escorial nos recuerda ligeramente al legendario Plinio de García Pavón. Sin embargo, nos quedamos definitivamente con la denuncia social expresada con claridad en los pasajes que se desarrollan en el siglo pasado.
Y es que hay en esta novela una sensación de boceto a mano alzada que página a página se convierte en una obra con pilares sólidos y eficaces. Se disfruta muchísimo de la lectura y quizá no tanto de cómo se desarrolla la trama, pero lo que está claro es que la autora tiene los mimbres suficientes como para convertirse en una de las escritoras más insustituibles del panorama literario español.
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