Se nos narra la historia de Idoia López Riaño, miembro de ETA, y de Miren, una adolescente vasca que vivió los años del plomo de forma paralela a la de la terrorista mencionada.
Ambas historias se entrecruzan por un delito sin resolver, pero es en el cambio del tono y de las voces donde se encuentra la clave de la obra. Es complicado no caer en el delito de la apología del terrorismo sin explicar qué suponía ser de una banda de asesinos en las vascongadas el siglo pasado.
Es cierto que la lectura no resulta nada fácil y que la temática es tan delicada que se convierte casi en un verdadero problema eso de mantener el equilibrio entre una parte y la otra. Consideramos que Usón, que quizá se excede en sus disculpas por usar técnicas narrativas ya comprobadas por otros autores, logra una novela que hay que leer con tranquilidad y que tiene distintos pasajes de enorme e indudable calidad literaria, pero siempre con una pincelada de periodismo que se agradece enormemente.
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