Slavoj Žižek es un autor del que hemos reseñado otras obras otras obras en el pasado al parecernos uno de los pensadores más curiosos del presente siglo. En esta ocasión, su análisis del presente, y del caótico futuro que nos acecha, nos ha dejado a medias.
Resulta curioso que el autor se pase páginas y páginas hablando del conflicto de Ucrania para criticar a Putin, pero como quitándole culpabilidad al considerarlo un heredero de la política de Stalin. Sí acierta en la hipocresía reinante con el tema de Palestina (los mismos que solicitan derechos para los terroristas de Hamás defienden ideales que les valdrían la pena de muerte), el caso Assange, los peligrosos populismos de todos los bandos y este pacifismo de centro comercial que esconde todo tipo de maniobras políticas.
La lectura tiene pasajes entretenidos, pero otros no tanto, ya que lo de nadar y guardar la ropa se le da al autor bastante bien. De todas formas, siempre es interesante leer una obra así y convertirla en una nueva manera de enriquecer nuestro pensamiento.
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