Si comenzamos exponiendo que ésta es la historia de un enano que fue testigo de la muerte de un señor mayor y que se dedica a buscar a niños desaparecidos, es más que probable que esta novela fuera atractiva para los lectores. Lamentablemente la obra ha sido un best seller y viendo el panorama literario del mainstream español creo que hemos entrado en una espiral sin salida.
Tras comprobar que los escritores actuales prefieren que el lector diga "se lee bien" a "qué buena novela" así nos luce el pelo. La obra no es sólo corta sino que adolece de una falta sangrante de recursos estilísticos, de guiños al lector y hasta de hilo narrativo.
La ruptura sentimental del protagonista hace que él mismo decida recordar el día que le quitaron las amígdalas en un hospital, la muerte de su compañero de habitación e incluso una escapada a Capri.
Curiosamente él y su pareja habían pensado en tener un hijo que es precisamente el que se ha perdido en la citada isla italiana. Pensar que un joven de 13 años llega a Capri y luego regresa a España y luego vuelve a ir llega a marear.
La novela entronca con los libros de autoayuda al final pero no llega a convencernos. ¿Por eso se ha vendido tanto? Pues sí. Es una obra para leer en el metro o en el tren, leyéndola así seguro que es mejor. No nos ha convencido.
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