Antonio Mercero ha tenido bastante que ver en el éxito de las obras de Carmen Mola al formar parte de ese conjunto de autores que firmaba a varios manos novelas negras de alta calidad. En solitario sin embargo, se deja en el tintero algunos aspectos que nos han llamado la atención.
Desde el punto de vista de la trama nos parece una propuesta novedosa, con un personaje principal inédito y con un magnífico desarrollo que te mantiene pegado al libro hasta el final. Ahora bien, ¿es suficiente? Si te gusta la intriga pura y dura sí, pero no podemos obviar que se trata de una novela, un género literario que no es un cajón de sastre, sino que exige algunos requisitos mínimos para que pueda denominarse así.
Estamos de acuerdo en que la tendencia general es ir a lo simple, a meter más verbos en cada frase para aumentar el ritmo y a acelerar lo máximo posible para que en cada página ocurra algo. No obstante, hay capítulos que parecen sacados directamente del guion de una serie. Es como si se pensase que el marco de cada situación lo debe buscar el encargado de la productora correspondiente.
Las obras tan directas nos agradan bastante, pero no estaría de más intentar adornar algo más las ubicaciones e incluso apostar por algún recurso estilístico que, en el caso de la coprotagonista japonesa de la obra, bien podría haber encajado con su forma de ver el mundo. Aun así, no defrauda y engancha desde el primer momento. Recomendable.
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