Si bien Un bien relativo nos pareció una novela bastante acertada y sorprendente, la que nos ocupa no nos parece tan acertada. En primer lugar, porque el planteamiento es el mismo (un asesinato que hay que resolver) y en segundo porque se toca un tema, el terrorismo, de forma demasiado ligera y sin que esa parte de la trama encaje del todo con el resto.
En ocasiones, el argumento es confuso debido a la suma de personajes a una historia demasiado simple como para complicarla tanto. Es como si la autora hubiera intentado meter todos los temas que suelen generar lectores en el vaso de la batidora y hubiera conseguido así una novela más o menos digna que no es tan buena como la arriba mencionada.
Lo anterior no significa que esté mal escrita o que no enganche, simplemente, para gustos los colores, que no nos ha llegado tanto al parecer que se estira el chicle de manera voluntaria para llegar a un número concreto de páginas. Seguro que su próxima obra superará todas las expectativas.
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